“El Principito” tiene sabor a Senegal
“Si algún día, viajando por África, cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él!”. No puede haber una escena tan entrañable como ésta que pone fin al libro “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry; bien podría también ser una imagen cotidiana del Senegal actual, donde los niños corretean libremente por las calles y se acercan a los turistas con una gran sonrisa.
Si hay algún adjetivo que defina el espíritu de Senegal es la alegría que transmiten sus gentes en todo momento. Los senegaleses son personas maravillosas, amables, buenísimos anfitriones, y siempre sonrientes. Enseguida te hacen sentir en casa. Por ello, a Senegal se le apoda, el país de la “teranga”, que hace referencia a este carácter tan amable y hospitalario.
Cuando viajé a Senegal por primera vez, lo único que conocía era su famoso rally París-Dakar y poco más. Si bien, éste viaje lo realicé hace unos años, aún lo tengo muy presente, porque recientemente, mi padre y su mujer viajaron a Saint Louis para el Festival Internacional de Jazz y mantuvimos muchas conversaciones al respecto.
El motivo de mi viaje a Senegal fue, en principio, ir a descansar a un resort en la playa de Saly Portudal, al sur de Dakar, y tener un primer contacto cultural con el país. A tan solo 4 horas de vuelo desde Madrid, se encuentra este auténtico paraíso tropical con playas de arena blanca, palmerales, aguas agradables y temperaturas de 26º todo el año, al que ya apodan “el caribe africano”.
Sin embargo, uno de los descubrimientos que más me fascinaron y que cambió mi experiencia en este maravilloso país, fue conocer la relación del autor del libro “El Principito” con Africa y en particular con Senegal. Durante mis vacaciones en Saly, llevé conmigo una copia de ésta obra de culto para releerla, reflexionar y experimentar las conexiones con el país que estaba visitando. Y así de repente, Senegal se convirtió en el pequeño planeta de los baobabs.
Antoine de Saint-Exupéry, tuvo relación con Senegal a través de su oficio de aviador. Con la inauguración de la línea aérea africana del servicio aeropostal entre Francia, España, Marrueco y Senegal, Saint-Exupéry comenzó a descubrir y vivir auténticas hazañas en Africa. No en vano, el origen del libro se sitúa en el accidente aéreo que sufrió en el desierto del Sahara, en Libia (1935), cuando su aparato se encalla en la arena por la rotura de una biela. Durante esta larga estancia, él y su compañero André Prévot, sufrieron alucinaciones provocadas por la sed y el calor, que le marcaría y sin duda abrió hacia una nueva perspectiva sobre el significado de la vida y sobre lo que de verdad importa. Es por ello que el libro atesora un mensaje tan humanista, sin dejar de ser un elogio a la autenticidad, inocencia y sencillez de los niños. A través de los ojos del principito, aprendemos a valorar la importancia de cuestionarnos, de aceptarnos los unos a los otros por lo que somos, o a reflexionar sobre los patrones que hemos asumido en esta sociedad, sin cuestionarlos en absoluto.
Muchas de las escenas del libro tienen su origen en recuerdos propios. El capítulo V del libro, es su particular homenaje a Senegal, donde narra una historia con baobabs. El Baobab es un árbol sagrado africano y es el símbolo de Senegal. No sólo se ha utilizado para dar cobijo a las personas en el interior de su tronco vacío, sino que también ha sido un impulsor del sistema inmunológico, ya que sus hojas frescas y su fruta tienen propiedades medicinales, incluyendo vitamina C, calcio y antioxidantes.
Sin embargo, en el libro, los baobabs representan un valor simbólico. A mi parecer durante todo el relato se mantiene un dialogo entre el niño (el principito) y el piloto (el autor) que no deja de ser una metáfora muy similar al dialogo interior que muchas veces experimentamos cada uno de nosotros entre lo racional y lo emocional. En este episodio, el niño tiene la necesidad de evitar que los baobabs crezcan, a riesgo de que provoquen en una verdadera catástrofe. El baobab, al contrario que las rosas, representa esos pensamientos negativos que nos suelen sabotear a menudo y esos miedos que limitan nuestra perspectiva y nuestro campo de acción. Si cuidamos nuestros pensamientos y nos enfocamos en generar aquellos que nos ayuden a crecer y ser felices, como las rosas, disfrutaremos de una vida armónica y feliz, sin embargo, si nos descuidamos y nos dejamos llevar por aquellos negativos, como los baobabs pequeños, nuestra experiencia será muy distinta.
El Principito es un libro maravilloso para tenerlo siemrpe a mano. Hace un par de años (2016) se celebró el 70 aniversario de su publicación y se trata de la obra más leída del mundo después de la Biblia.
No quiero terminar sin comentar que Senegal tiene muchísimos más motivos por los que merece la pena visitarlo. Más adelante, en otra entrada, hablaré con más detalle de alguno de estos motivos:
- Si te gusta la música percusionista, Senegal es el país que vió nacer a Youssou N’Dour, famoso cantante, compositor, actor, empresario y político. Si no le conocéis aquí tenéis un enlace a una de sus canciones…..
- Si te gusta el Jazz, en Saint Louis se celebra el mayor festival internacional de Jazz del continente africano, todos los años, desde hace 26 ediciones, en Abril/Mayo durante 5 días la ciudad se llena de eventos musicales que atraen a gente de todo el mundo.
- Si te gusta la historia, Senegal fue el centro del comercio de esclavos de África occidental
- Si te gusta el surf, te enamorarán las olas de N’gor que atraen a surfistas de todo el mundo
- Y si te gustan las excentricidades, cuenta con un lago color Rosa, el lago Retba, etapa final del Paris-Dakar, debido a un alga llamada Dunaliella salina que fabrica un pigmento rojo para absorber la luz del sol.
Si tienes pensado viajar a Senegal, te recomiendo que te lleves un ejemplar de El Principito” contigo y vivas en paralelo ese viaje a tu interior, al igual que, estoy segura vivirás la calidez y sencillez de sus gentes que no han olvidado disfrutar de la vida.