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África

Ciudad del Cabo, embajadora del arte

Pilar Navarro 7 mayo, 2018

«Hay una especie de magia cuando nos vamos lejos y, al volver, hemos cambiado». decía la novelista y educadora infantil Kate Douglas Wiggin y no puedo estar más de acuerdo. Hay un antes y un después de mi viaje a Sudáfrica este pasado diciembre. Esta toma de contacto con Africa me ha cambiado y ha estimulado mi curiosidad y mis ganas de recorrerlo de norte a sur.

Viajar a Sudáfrica era una asignatura pendiente, desde hacía algún tiempo. Quizás fue la figura de Nelson Mandela, o lo exótico del clima inverso entre hemisferios o el apartheid, pero lo cierto es que me apetecía descubrir de primera mano este gran país y de paso disfrutar del buen tiempo de diciembre. En esta primera toma de contacto, nuestro destino elegido fue Ciudad del Cabo únicamente.

Ciudad del cabo es conocida como la “Ciudad Madre”, porque fue la primera ciudad que surgió en Sudáfrica. El primer europeo que llegó al Cabo fue el portugués Bartolomeu Dias, en 1488, que la bautizó como “Cabo de Buena Esperanza”. A partir de ahí, se creó la Ruta del Cabo, una vía de navegación marítima entre Occidente y Oriente, que pasaba por el Cabo de Buena Esperanza. Desde su creación, la ruta estuvo dominada por los portugueses, hasta que, en 1652, el comerciante holandés, Jan van Riebeeck estableció un puesto de reabastecimiento cerca del Cabo de Buena Esperanza, que evolucionó hasta convertirse en la Ciudad del Cabo, permitiendo a los neerlandeses dominar la ruta del Cabo. En 1806, los británicos tomaron el control del Cabo, que permaneció bajo soberanía británica durante algo menos de un siglo.

Estas pinceladas históricas son necesarias para entender los marcados contrastes de esta gran metrópolis, en la que conviven las tradiciones de sus orígenes africanos, las influencias de los esclavos de Malasia y Madagascar, entre otros, con esta herencia colonial de portugueses, holandeses e ingleses. Fue también esta diversidad de razas y la lucha por mantener el poder de la minoría blanca (21%) lo que dio lugar al “apartheid” o «condición de estar separados» en el idioma afrikáans de los descendientes de los antiguos colonos holandeses y que se refiere a las políticas raciales de discriminación legalizadas por el Gobierno de Sudáfrica desde 1948-1990. A esta dolorosa historia de la segregación racial le siguieron muchas luchas y esfuerzos de reintegración y reunificación, donde la figura de Nelson Mandela se convierte en un factor clave, y que terminaron definiendo lo que hoy es Sudáfrica.

Dejando atrás esta breve introducción histórica y social de Sudáfrica, quería dedicarle un poco de tiempo a uno de mis grandes descubrimientos en Ciudad del Cabo como lo ha sido el Museo Zeitz de Arte Contemporáneo de Africa (MOCAA), el más grande del mundo dedicado al arte contemporáneo africano y que ha convertido a Ciudad del Cabo en una auténtica embajadora del arte contemporáneo en Africa y su diáspora.

La importancia de este acontecimiento es mayor de lo que se pudiera ver a priori. El arte contemporáneo africano comienza a cobrar importancia y ganar peso tanto en Africa como en el mercado internacional. Ejemplo de ello, son las cada vez más presentes exposiciones de arte en países africanos como Dak’Art, la bienal de arte contemporáneo africano más antigua del continente que se celebra en Senegal desde 1989 o la Bienal Africana de Fotografía ‘Rencontres de Bamako’.

Al mismo tiempo hay un mayor interés internacional por el arte africano; sin ir más lejos, en las casas de subastas como Sotherby´s, se vendieron obras por valor superior a los 23 millones de euros en 2017; en la bienal de Venecia va aumentando el número de países africanos participantes; en Londres, centro importante en el surgimiento de este mercado, cuentan con el salón de arte contemporáneo africano 1:54  y también con Frieze Art Fair;  en Paris, el mercado del Arte Contemporáneo africano está en plena expansión, con exposiciones como Beauté Congo en la Fondation Cartier (2015), Art/Afrique en la Fondation Vuitton (2017), Art Paris (2017) o AKAA (Also Known As Africa).

En estos momentos en que el Arte africano se encuentra en plena expansión, la apertura del Zeitz Museo de Arte Contemporáneo en Cabo en septiembre de 2017, llega justo a tiempo para apoyar y empoderar a todos los artistas africanos del s.XXI.

El museo está ubicado en una antigua estructura del Complejo de Silos de Granos del puerto situado en el Victoria & Albert Waterfront, que estaba en desuso desde 1990, y que tras su restauración se ha convertido en un referente en el Waterfront. En el edificio comparten espacio el Museo MOCAA junto al The Silo Hotel, uno de los hoteles boutiques más exquisitos de Cabo.

Solo entrar, impresiona ver el enorme atrio de 27 metros de altura en el hall principal y de fondo, yo diría que una música similar a cantos gregorianos. El museo cuenta con más de 9.500 metros cuadrados distribuidos en nueve pisos, una terraza en la azotea, con un jardín de esculturas, y una tienda donde no pude resistirme a adquirí un poster del museo.

Parte de la colección permanente pertenece al empresario y filántropo alemán, Jochen Zeitz, que da nombre al Museo Zeitz MOCAA y que es su principal mecenas. El museo también está construyendo su propia colección permanente que incluyen obras de artistas como El Anatsui, Chéri Samba o William Kentridge, entre otros. De la colección temporal inaugural destacan tres artistas africanos. El fotógrafo angoleño Edson Chagas, el artista zimbabuense Kudzanai Chiurai y las esculturas de cuero de vaca de Nandipha Mntambo, nacida en Swazilandia, Sudáfrica.

Desde luego si estáis visitando Ciudad del Cabo, y te disfrutas viendo arte, esta experiencia es sin duda “Un bon motif”. No dudéis en visitarlo.

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