El Whitney de Gertrude Vanderbilt
“El arte es una escala ascendente o descendente, el espíritu de su alegría nos llega de maneras inesperadas. Viaja con hilos delgados, pero está al alcance de todos a los que les importa lo suficiente como para querer ver y entender”. Gertrude Vanderbilt Whitney, escultora y fundadora del Museo Whitney de Arte Contemporáneo de Nueva York.
Uno de mis recientes descubrimientos en mi última visita a la ciudad de Nueva York ha sido la nueva sede del Museo Whitney de Arte Contemporáneo Estadounidense. El nuevo edificio, diseñado por Renzo Piano, fue inaugurado recientemente, en 2015 y se encuentra en el distrito Meatpacking, a orillas del rio Hudson y a los pies del Highline, el afamado parque urbano elevado, construido sobre los raíles de la antigua vía ferroviaria de la línea East Side. Se trata de una zona nueva y muy atractiva de la Gran Manzana; si vais a Nueva York próximamente no os lo podéis perder.
Pero antes de hablar del museo, quería desviar tu atención hacia la figura y la vida de la gran Gertrude Vanderbilt Whitney, uno de los mecenas del arte más influyentes del siglo XX y la fundadora de este museo. Gertrude fue una niña rica, nacida en 1875 en el seno de una ilustre familia. Se casó, con el también acomodado, Harry Payne Whitney, de ahí su segundo apellido y tuvo una vida fácil y sin complicaciones. Sin embargo, desde joven, sintió un gran interés por el mundo de las artes, no solo en su faceta de escultora sino también apoyando a artistas estadounidenses cuyo trabajo había sido menospreciado por críticos y académicos de la época. Poco a poco, este interés la impulsó a crear una de las primeras instalaciones artísticas en Greenwich Village en 1914. Este estudio de Greenwich Village, hoy en día, es patrimonio histórico de la ciudad de Nueva York, declarado tesoro nacional por el “National Trust for Historic Preservation”.
La vida artística de Gertrude como escultora continua. Para los que no sepáis, de ella es la estatua de Cristobal Colon titulada “Monumento a la Fe Descubridora” de 1928–33, de estilo cubista, que se encuentra en Huelva.
En 1929, Gertrude ofreció al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York la donación de su colección, más de 700 obras de arte moderno estadounidense, pero su oferta fue declinada, justificando que su enfoque no era el arte contemporáneo americano. Es ahí, cuando ella decide crear su propio museo renovando y expandiendo uno de sus estudios en 1930, el mismo año que fallece su marido Harry Whitney de neumonía.
Tras una larga enfermedad, Gertrude Vanderbilt Whitney fallecería unos años más tarde, en 1942 y su hija Flora asumió el cargo de directora del Museo Whitney, que más tarde pasaría a manos de su hija Flora Miller Biddle.
Cuando el volumen de piezas ya no dan cabida en el estudio, la familia decide encargar la construcción de un edificio propio donde albergar tan extensa colección. El edificio en cuestión, encargado al arquitecto Marcel Breuer, no estuvo libre de críticas llegándolo a apodar “el monstruo de Madison Avenue”. Arquitectura modernista en forma de fortaleza de hormigón, que la elite de 1966, ya se había resignado a aceptar a riesgo de ser subestimado como “provinciano”.
Recientemente y dentro de los planes de expansión, el museo decide buscar nueva sede y manda al arquitecto Renzo Piano diseñar el nuevo edificio en el sur de Manhattan, en el distrito de Meatpacking. La inauguración oficial tuvo lugar en 2015 y en el podréis ver más de 20.000 obras de artistas estadounidenses, tales como Edward Hopper, Andy Warhol, Man Ray, Stuart Davis, Peggy Bacon o Mabel Dwight. Además, desde el nuevo edificio tenéis unas vistas impresionantes de Nueva York y del rio Hudson y desde allí podréis recorrer el Highline, parque sobre las antiguas via del tren de la línea East Side.
El Museo Whitney es, sin lugar a dudas, uno de los paraísos artísticos más prestigiosos de los Estados Unidos, gracias a la labor de Gertrude, su hija Flora Whitney-Miller y su nieta Flora Miller Biddle.
No sin olvidarlo, el edificio de Breuer, antigua sede del Whitney, fue recientemente adquirida por el MET y ha sido recientemente rebautizada como The Met Breuer, en Marzo del 2016, y está dedicado a presentar arte del siglo XX y contemporáneo. Y todos felices porque con este gesto el MET reconoce la labor de Gertrude en su apoyo al arte contemporáneo.
Ahora ya tenéis un “bon motif” para visitar estos nuevos entornos inspiradores cuando vayáis a Nueva York.