Sobre mi
Mis experiencias me definen, forman parte de mí y siempre me acompañarán. Soy quien soy por lo que he vivido y seguiré creciendo a medida que vaya acumulando nuevas experiencias. Soy un proyecto en continuo desarrollo que nunca termina de hacerse y es maravilloso porque, si lo miramos desde esta perspectiva, en realidad no existen límites al conocimiento ni a las experiencias que queramos vivir, podemos ser todo aquello que deseemos y vivir todas las vidas que imaginemos.
Aprendemos, desde pequeñitos, de todo lo que nos rodea y son esas experiencias las que van definiendo nuestra realidad y nuestra identidad. Nuestra manera de ver e interpretar la realidad, “nuestra realidad”, es importantísima, porque de ella depende que vivamos una experiencia u otra ante una misma situación.
Carol Dweck, psicóloga y prestigiosa profesora de la Universidad de Stanford, a la que he leído recientemente (“Mindset”), descubrió el poder de la “actitud” y en su teoría sobre la “actitud de crecimiento” abría la puerta hacia el hecho de que no “soy” o “no soy” bueno en algo sólo porque posea un talento innato, sino que podemos ser buenos en aquello que queramos si lo trabajamos realmente. Su teoría, y también los avances en la neurociencia, han demostrado que el cerebro nunca deja de desarrollarse y que el aprendizaje y las nuevas experiencias son claves para este crecimiento.
Me presento. Me llamo Pilar y viajar por el mundo posee un magnetismo fascinante en mí. Viajar estimula mi cerebro a través del aprendizaje y del descubrimiento. Llámalo genética o hábito, pero lo cierto es que desde que tengo uso de razón me reconozco en una continua búsqueda de sensaciones y de novedades que me ofrezcan nuevas experiencias, rompiendo con mi rutina y expandiendo mi tendencia exploratoria.
Este culpable magnetismo se debe en principio a algunas razones, que he intentado sintetizar en tres, mi número favorito. Por un lado, viajar me ofrece la oportunidad de cambiar rutinas y liberarme de patrones, identidades y horarios; por otro lado, viajando descubro y aprendo cosas nuevas y conecto con personas diferentes que viven otras realidades y me enseñan otro mundo; y por ultimo porque, mi canal de comunicación predominante es el visual, con una clara predominancia cerebral derecha, lo que hace que las imágenes sean una parte esencial en mi proceso de aprendizaje y en mi relación con mi entorno, de ahí mi interés por la fotografía, pintura, arte, la armonía visual y la estética.
Con todo y con esto, comencé a pensar sobre lo importante que son las experiencias en nuestro proceso de aprendizaje y del gran impacto que posee el hecho de viajar en nuestro cerebro. Y de ahí nació el concepto de la “economía de las experiencias” que llevo barajando desde hace un tiempo e incluso adquirí los dominios www.economiadelasexperiencias.com y www.economyofexperiences.com y estoy pensando en investigar más acerca del concepto. Cada vez soy más consciente del hecho que la felicidad no reside en poseer bienes materiales, sino en los recuerdos guardados y en las experiencias vividas. De hecho, Thomas Gilovich, profesor de psicología de la Universidad de Cornell, afirmó en una investigación que “somos la suma total de nuestras experiencias”, y que “nuestras mayores inversiones deberían dedicarse a crear recuerdos en base a experiencias y vivencias personales”, como los que se generan cuando viajamos.
Hacía tiempo que me rondaba la idea de comenzar un blog de viajes para documentar mis escapadas. Sin embargo, tenía claro que iba a ser diferente. Creo que, hoy en día, con el acceso tan fácil que tenemos a la información, podemos hacernos una idea de qué esperar en cada destino. Por eso yo quería hablar de otros temas; me interesaba especialmente buscar un motivo por el que viajar, como pudiera ser una exposición de arte, una ópera, un concierto, una competición deportiva o un hecho histórico que desencadene en un viaje y de ahí el nombre de mi blog.
“Un bon motif” pretende ser un escaparate de ideas, planes y curiosidades que nos inciten a desplazarnos de nuestra “zona de confort” y lanzarnos a descubrir y vivir historias que enriquezcan nuestras vidas, nos cambie la perspectiva del mundo y nos haga, si cabe, un poquito más felices.
Soy nómada por naturaleza. La sensación de permanecer en una sola ciudad el resto de mi vida crea sinceramente un conflicto en mi interior. Por eso, la posibilidad de viajar cada cierto tiempo me permite recuperar ese sentimiento de libertad y de descubrimiento que tanto necesito. Me gusta todo aquello que estimula mis sentidos: la fotografía, el arte, el diseño, la música… sin embargo, no hay nada comparable a la emoción del descubrimiento.